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ΕΡΓΑ ΚΑΙ ΗΜΕΡΑΙ

Referentes Clásicos

ΤΕΛΟΣ

Después de un curso tan intenso, en que la mayoría me habéis tenido que aguantar ocho horas a la semana, ha llegado la hora de la despedida. No me gustan las despedidas, nunca sé qué decir. Pero hay que hacerlas. Aunque sé que no puedo llegar a las cumbres líricas de Medusa, había pensado escribiros yo algo mío (y a lo mejor lo hago dentro de unos meses, cuando ya no haya riesgo de que ninguno de vosotros siga leyendo el blog... ), pero he encontrado este poema de Antonio Colinas y, de momento, no se me ocurre otra manera mejor de deciros adiós. Creo que refleja una situación parecida a la que nos encontramos ahora (excepción hecha, naturalmente, del leve tono erótico del poema) y, además, es una variante del tópico del carpe diem, que tan buenos recuerdos os traerá a todos (o a casi todos) a partir de ahora y para el resto de vuestra vida. Como la inmensa mayoría sois chicas, el poema está dedicado especialmente a vosotras. Fran y Dani, que son unos caballeros, seguro que lo comprenderán. Jennifer y Ana: sacad los pañuelos.

 

 

 

 

Tras la lectura de unos versos

 

Mirra, Fedra, Pasifae, Canace, Scylla,

adiós.

Adiós, pues nos dejáis como nos deja la juventud,

como si primavera no volviera jamás.

Sobre un vasto panorama de ruinas,

a la orilla del mar, desaparecéis

como desaparece

el perfume, el misterio de las noches.

 

Mirra, Fedra, Pasifae, Canace, Scylla,

ya nada importan

aquellos versos que os parecían tristes,

pues hasta las palabras se consumen

en el fuego de vuestra ausencia.

¡Qué ciego, qué violento torbellino de soledad

tras el silencio de vuestras figuras

borrosas en el fondo de un camino

confuso, oscurecido de cipreses,

en la enfermiza, malsana, eternidad de la tarde!

 

Mirra, Fedra, Pasifae, Canace, Scylla,

adiós, ya que han huido

con vosotras los labios, las sonrisas

maravillosas y maravilladas.

Como bajo cuchillos,

yo aquí me quedo bajo la amenaza

de las frágiles hojas cenicientas

de los años contados.

 

Esta tarde en que dejáis caer vuestras miradas

en mis ojos,

deseo ardientemente que el tiempo se detenga

y que nunca más pase, pues ansío sentir

por siempre esta dulzura que enamora mis huesos.

Madura en vuestras bocas la luz

y vuestros cuerpos jóvenes,

que podría alcanzar con mis dedos, son lentos

como ríos de lava.

Ya lejos de vosotras,

sonámbulo en la sombra

que entreabre y aroma primavera,

quiero deciros algo dulcemente,

quiero mover los labios,

mas sólo brota de ellos un inútil temblor.

Y en el pecho se queda la frase luminosa:

pasarán vuestros años, os hablarán de muerte,

viviréis confundidas esperando vejez,

pero sé que habrá un sitio

donde no morirá jamás vuestra hermosura.

 

Antonio Colinas

BIG FISH

BIG FISH

 

Por fin os presento en el blog el comentario que os prometí hace tiempo sobre la magnífica película de Tim Burton. Lo que viene a continuación, aunque parezca muy extenso, es un simple esbozo de la interpretación que yo hago de ella y que, en gran parte, ya hemos comentado en clase. No he pretendido ser exhaustivo ni ir al detalle, sino apuntar algunos elementos que yo creo que tienen relación con los mitos griegos y sobre todo con la visión del mundo que subyace en la mitología clásica. A vosotros os toca en los comentarios criticar y desmontar los puntos débiles de mis argumentos, pues ya sabéis que los que padecemos helenitis crónica en fase terminal encontramos referentes hasta debajo de las alfombras...

1º. Desde mi punto de vista, el tema de la película es la aceptación de la muerte mediante la reivindicación del tiempo cíclico del mito frente al tiempo lineal de la historia. Aunque de momento esto os pueda parecer un tanto abstracto, espero que al final del artículo comprendáis a qué me refiero.

2º. Antes de nada, vamos a enumerar los motivos míticos o literarios relacionados con el mundo clásico que aparecen en la película. En este sentido, me parece evidente que toda la línea argumental sigue de una manera muy libre el modelo de la Odisea de Homero. Veamos de qué modo:

En la película se parte del desencuentro y la falta de comunicación entre un padre y un hijo. De manera semejante, la Odisea comienza con el hijo de Ulises, Telémaco, que parte en busca de noticias de su padre, ausente desde hace casi 20 años de Ítaca y a quien ni siquiera recuerda.

El personaje principal, Edward Bloom, es a todas luces un trasunto de Ulises, con quien comparte muchos de los rasgos de su carácter: viajero, astuto, valiente, aventurero, fabulador...

Además, varias de las aventuras de Ulises son similares a las peripecias del protagonista: el enfrentamiento con el Cíclope Polifemo (el gigante de la película), el descenso a los infiernos (la ciudad de Espectro), la llegada a la isla de Circe (la bruja con el ojo de cristal que le predice el futuro), la partida del héoe a la guerra de Troya (a Corea, en el caso de Edward Bloom) mientras la esposa espera en casa su regreso, el encuentro con las sirenas (las cantantes siamesas, que tienen cada una también una sola pierna al igual que las sirenas de los cuentos -no las de la mitología- tienen una sola cola en lugar de dos piernas)...

Sin embargo, lo normal es que los elementos del mito clásico presenten un tratamiento modificado o subvertido: así, en la película, el enfrentamiento con el gigante se resuelve de manera amigable; el protagonista es de una fidelidad conyugal a toda prueba, más propia de Penélope que del Ulises homérico (quien convive durante un año con Circe y durante siete con la ninfa Calipso en la isla de Ogigia); en lugar de enfrentarse al pretendiente de la que será su mujer, se deja dar una paliza por él; las sirenas-siamesas son fácilmente seducidas por Bloom para que le ayuden a regresar; etc.

Por último, no deja de ser significativo (aunque seguro que hay a quien le parece una coincidencia traída por los pelos) que el protagonista de la película lleve el mismo apellido que el personaje principal del Ulises de James Joyce, Leopoldo Bloom.

3º. Hay otros episodios en la película que también parecen tomados de la mitología clásica, aunque no directamente de la leyenda de Ulises:

Los trabajos de Hércules: cuando trabaja para el dueño del circo a cambio de que éste le dé información sobre la chica de la que se ha enamorado, se ve al protagonista realizando algunos trabajos semejantes a los que llevó a cabo Hércules para su primo Euristeo: en la jaula de los leones (1er. trabajo, el león de Nemea), junto a una atracción de feria con varios brazos articulados (2º trabajo, la hidra de Lerna), limpiando los excrementos de los elefantes (6º trabajo, los establos del rey Augias).

La mujer desnuda del lago que hay junto a Espectro puede ser una náyade. En la mitología griega las náyades son ninfas del elemento líquido que encarnan la divinidad del río o del lago que habitan. Pero son personajes habituales también en los cuentos populares.

La bruja con el ojo de cristal recuerda también en cierto modo a las Grayas, tres viejas que compartían un solo ojo y un solo diente. Vivían en el extremo occidente, donde nunca brillaba el sol, y tenían poderes oraculares.

Pero el personaje de la bruja, que es un personaje triple (niña-mujer adulta-anciana) representa sobre todo a la diosa Selene (la Luna) y tiene un carácter simbólico fundamental para nuestra interpretación de la película. En efecto, la Luna para los griegos aparece bajo la forma de tres divinidades distintas: Ártemis, que es la luna en su fase creciente, representada por una muchacha virgen; Selene, la luna propiamente dicha en su fase llena, representada por una mujer hermosa, amante del pastor Endimión con quien tuvo 50 hijos; y por último, la anciana Hécate, la luna en su fase menguante, divinidad de los infiernos que presidía la magia y los encantamientos, y a quien se consideraba inventora de la hechicería. Es evidente que los tres aspectos de la diosa se corresponden aproximadamente con las tres edades del personaje femenino de la película. El ciclo de la luna es una imagen exacta del tiempo cíclico propio del mito, que no responde a la lógica racional del tiempo histórico, que es lineal. Cuando la mujer recibe al hijo del protagonista y le cuenta la relación que mantuvo con su padre hasta llegar al momento en que, abandonada por él, se convierte en la vieja a la que todos los niños temen porque la creen una bruja, finaliza su relato con estas palabras: "...y la historia terminó como había empezado" (también la película se ajusta a la frase de la mujer, pues termina del mismo modo que empieza: con un pez en un río). La objeción que el hijo le plantea: "Pero por lógica usted no podía ser la bruja porque ella ya era vieja cuando él era joven",  es perfectamente asumible en el ámbito del pensamiento mítico: "Bueno, es lógico si uno piensa como tu padre".

4º. Aparecen también diseminados a lo largo de la película algunos motivos tomados del folklore: la bruja es un personaje habitual en los cuentos de hadas (La Bella Durmiente, Blancanieves, Hansel y Gretel etc.), así como el Ogro (Pulgarcito, El gato con botas). El motivo de la encrucijada de dos caminos es también frecuente en los cuentos populares, así como el del personaje que debe ser entregado como sacrificio a un dragón o un gigante para salvar a la comunidad. El anillo reencontrado en la entrañas de un pez evoca el relato de Heródoto, asimismo de carácter popular, sobre el sello de Polícrates o incluso el cuento del soldadito de plomo.

5º. Hay, igualmente, ciertas reminiscencias de mitos modernos: Superman, el hombre lobo, Moby Dick... Algunos son más evidentes que otros, pero no insisto en ellos porque quedan fuera de los aspectos que más me interesan y además creo que no son demasiado relevantes para la comprensión de la película.

6º. Un comentario aparte merece la ciudad de Espectro. Se trata sin duda del reino de los muertos, el Hades de la mitología griega, adonde todo héroe que se precie, desde Hércules a Eneas, pasando naturalmente por el propio Ulises, debe descender y saber salir de allí con vida. Edward Bloom llega también a Espectro "antes de tiempo", como le dice el alcalde de la ciudad, por eso todos sus habitantes van vestidos de blanco o de colores claros menos él, que lleva una camisa roja, el color de la sangre, porque todavía es mortal. Hay que dejar a la entrada los zapatos porque de allí no se puede salir. Pero al marcharse de Espectro el protagonista consigue romper la barrera entre el mundo de los muertos y el de los vivos; a partir de entonces los personajes de esa ciudad fantasmal -el primero es Norther Winslow, el poeta de Espectro a quien se encuentra en el banco- se instalan en el mundo real; es decir, la muerte queda asumida por el mundo de los vivos y lo imaginario se disuelve en lo real subvirtiéndolo, como quedará de manifiesto, sobre todo, en la última parte de la película.

7º. El tema de la muerte y el final de la película. La película termina con la muerte del protagonista, pero en realidad hay dos muertes: una muerte mítica y una muerte real que transcurren de modo simultáneo y paralelo. En ambos casos, la muerte no será más que el punto de partida de un nuevo comienzo. Veamos cada una de ellas por separado y las conexiones entre ambas.

Muerte mítica. Como la Odisea, que es un viaje circular de ida y vuelta, también la película se estructura como una composición anular y finaliza con una vuelta al origen: la aparición del gran pez. En el relato que le hace a su padre moribundo, el hijo lleva en brazos a Edward al río y allí éste se convierte en lo que siempre ha sido, un gran pez (recordemos que a lo largo de su enfermedad cada vez necesita más beber agua y estar continuamente mojado). No se trata simplemente de una reencarnación, sino de un nuevo nacimiento. De hecho, la escena de esta muerte mítica es idéntica a un bautizo, aunque invertido: es el hijo el que lleva a su padre en brazos y no al revés como sería de esperar. Tanto la escena inicial de la película, cuando Edward Bloom captura al gran pez, como esta última en la que él mismo se transforma en pez giran en torno a un mismo objeto: un anillo, símbolo del tiempo cíclico que caracteriza al mito. Curiosamente, como he constatado con diferentes personas, es esta muerte ficticia, la de Edward Bloom transformado en pez, la única que al cabo de un tiempo permanece en la memoria de quienes han visto la pelicula.

Muerte real. Padre e hijo se reencuentran en el momento de la agonía del primero. El hijo asume la muerte del padre y la hace suya cuando acepta contársela, inventarse un relato sobre ella. En el transcurso de ese relato imaginario el padre, mientras escucha -mientras se muere-, se va convirtiendo en su propio hijo, y en el instante mismo en que éste finaliza su cuento -el primero que ha contado en toda su vida- Edward Bloom ya puede morir realmente, porque, a su vez, su hijo ha aceptado transformarse en él, en su propio padre, para librarlo así, al menos en cierto modo, de la muerte. De ahí que en ese cuento fantástico que se desarrolla de manera paralela al drama real de la agonía de Edward asistamos, como antes señalaba, a una especie de bautizo con los papeles intercambiados.

Podemos decir, por tanto, que en el momento en que se cierra el círculo de su vida, Edward Bloom vuelve a renacer y así el círculo se abre de nuevo: en la última escena han pasado los años y vemos cómo el hijo de Edward cuenta a sus propios hijos las mismas historias que oyó de su padre -y que ya no se sabe, ni nos importa, si son reales o ficticias-, y estos a su vez las contarán a sus descendientes, e irán pasando sucesivamente de generación en generación... porque -por expresarlo con la misma frase con que se cierra la película- "Un hombre cuenta sus historias tantas veces que al final él mismo se convierte en esas historias. Ellas siguen viviendo cuando él ya no está. Y, de este modo, el hombre se hace inmortal".

En definitiva, y para terminar, es la muerte mítica -una muerte que no es tal porque no es más que un nuevo comienzo- la que se ha apoderado de la muerte real, es el mito el que prevalece sobre la historia, y son la imaginación y la fantasía, con su triunfo en el recuerdo -o lo que es lo mismo, en el corazón- de los espectadores, las que hacen posible que la vida se vuelva soportable y digna de perpetuarse sobre la Tierra.

Big Fish

Big Fish

Bueno, después de ver esta película, pienso que estaría bien poner en el blog las opiniones, reflexiones, comentarios... sobre la película, incluso añadir información nueva sobre la relación entre los mitos y cuentos populares y la película.

Yo tengo una pequeña teoría, aunque no se si tendrá mucha relación: en la película podría decirse que hay dos cuentos, el real y el mítico o fantástico; pues he encontrado una similitud en el cuento de caperucita, donde ésta se encuentra con dos caminos: el largo y el corto. ¿Podría ser, o me equivoco? Avergonzado

Bueno, pues éste no es más que un mero intento, un poco cutre, de reavivar el blog, que lo tenemos un poco abandonado! Espero que funcione. Burla

Saludos.

Oda a Afrodita, 3ª versión

Oda a Afrodita, 3ª versión  

  Aquí tenéis una tercera versión del poema de Safo, la de Agustín García Calvo. Podéis votar cuál de las tres os gusta más, pero para poder juzgar con criterio es imprescindible que las leáis en voz alta (sobre todo tú, Euménide).

 

Afrodita, tú, galipinta siempreviva,

enredadora celeste, atiende:

ya no más de ansia y pesar, señora, aflijas

mi alma,

no, mas ven aquí, si mi queja lejos

otra vez oíste, y me la escuchabas,

y dejando al Padre en su gran morada

de oro viniste,

tras uncir tu carro: y tiraban lindos

gorriones presto a la negra tierra,

vivo aleteando en el alto aire

desde los cielos.

Pronto así llegaron; y tú, bendita,

de tu faz divina me sonreías

preguntando a ver qué tenía, a ver a

qué te llamaba,

qué es lo que más quiero en mi alma, loca,

que me pase: «¿A quién quieres tú que traiga

dios Encanto a tus amoríos? ¿Quién, Safó,

te da penas?

Que, si huyó de ti, seguirá bien pronto;

si los rechazó, te dará regalos;

y si no te amó, te amará bien pronto, aunque

ella no quiera».

Ven también ahora, y de amargas cuitas

líbrame, y todo eso que ansía el alma

ver cumplido, cúmplemelo, y tú misma

sé mi aliada.

Sobre la Oda a Afrodita y los traductores traidores

Sobre la Oda a Afrodita y los traductores traidores

Cuando Sappho (la nuestra) publicó el artículo que veis debajo con la Oda a Afrodita, no me gustó nada la traducción que utilizaba, hallada por ella en internet, y lo retiré provisionalmente con la idea de, cuando tuviera tiempo,  buscar otra versión más correcta y volver a publicarlo. Sin embargo, lo he dejado como estaba porque creo que puede ser un ejemplo muy útil de lo que os explicaba el otro día en clase de griego sobre la imposibilidad y la inutilidad de traducir cualquier texto, menos aún un texto clásico, y no digamos ya un texto poético. Lo ideal sería comprenderlo y disfrutarlo sin más en su lengua original. Sappho (la nuestra) decía que a ella no le sonaba mal, y es cierto, se trata de una versión probablemente decimonónica, con un cierto cuidado en el ritmo de las frases y sólo moderadamente irrespetuosa con el contenido del poema original, salvo en un aspecto importante, que me extraña que a Sappho (la nuestra) le haya pasado desapercibido: en esa traducción el amante de Safo es un hombre (si rehúsa tus obsequios, pronto te los ofrecerá él mismo, v.16), mientras que en el original, no hay duda alguna de que se trata de una mujer (ταχέως φιλήσει κωὐκ ἐθέλοισα, v. 24)...  Curiosamente, tampoco han advertido esta circunstancia las responsables de las numerosas páginas y blogs de lesbianismo militante que reproducen esta misma traducción, al parecer sin haberla leído ni entendido (¡cuánta razón tiene el informe PISA!). Para que contrastéis lo diferentes que pueden llegar a ser dos versiones de un mismo poema griego os transcribo aquí la traducción de la Oda a Afrodita publicada por Aurora Luque (Safo. Poemas y testimonios, Ed. El acantilado, Barcelona 2004), poeta estimable ella misma y helenista de reconocido prestigio. En el siguiente artículo os pondré la excelente traducción de mi maestro Agustín García Calvo, hecha también por un poeta y desde el máximo rigor filológico, para que podáis compararla con las otras dos.

 

Inmortal Afrodita de polícromo trono,

hija de Zeus que enredas con astucias, te imploro,

no domines con penas y torturas,

soberana, mi pecho;

 

mas ven aquí, si es que otras veces antes,

cuando llegó a tu oído mi voz desde lo lejos,

te pusiste a escuchar y, dejando la casa

de tu padre, viniste,

 

uncido el carro de oro. Veloces te traían

los hermosos gorriones hacia la tierra oscura

con un fuerte batir de alas desde el cielo,

atravesando el éter:

 

de inmediato llegaron. Tú, feliz,

con la sonrisa abierta en tu rostro inmortal,

preguntabas qué sufro nuevamente, y por qué

nuevamente te invoco

 

y qué anhelo ante todo alcanzar en mi pecho

enloquecido: ¿A quién seduzco ahora

y llevo a tu pasión? ¿quién es, oh Safo,

la que te perjudica?

 

Porque si hoy te rehuye, pronto habrá de buscarte;

si regalos no acepta, en cambio los dará,

y si no siente amor, pronto tendrá que amarte

aunque no quiera ella.

 

Ven a mí también hoy, líbrame de desvelos

rigurosos y todo cuanto anhela

mi corazón cumplir, cúmplelo y sé tú misma

mi aliada en esta lucha.

Oda a Afrodita

Oda a Afrodita

Queridos lectores, como cierre del plazo a los trabajos de Referentes Clásicos, he querido acabar este denso trimestre publicando el poema que más me ha marcado en mi vida privada.

Sappho

¡Tú que te sientas en trono resplandeciente,
   inmortal Afrodita!
¡Hija de Zeus, sabia en las artes de amor, te suplico,
   augusta diosa, no consientas que, en el dolor,
   perezca mi alma!
Desciende a mis plegarias, como viniste otra vez,
   dejando el palacio paterno, en tu carro de áureos atalajes.
Tus lindos gorriones te bajaron desde el cielo,
   a través de los aires agitados por el precipitado batir de sus alas.
Una vez junto a mí, ¡oh diosa!, sonrientes tus labios inmortales,
   preguntaste por qué te llamaba, qué pena tenía,
   qué nuevo deseo agitaba mi pecho,
   y a quién pretendía sujetar con los lazos de mi amor.
Safo, me dijiste, ¿quién se atreve a injuriarte?
   Si te rehuye, pronto te ha de buscar;
   si rehúsa tus obsequios, pronto te los ofrecerá él mismo.
Si ahora no te ama, te amará hasta cuando no lo desees.
¡Ven a mí ahora también, líbrame de mis crueles tormentos!
¡Cumple los deseos de mi corazón, no me rehuses tu
   ayuda todopoderosa!


 

Espero que disfrutéis de las vacaciones.


 

Últimos días, últimos trabajos

Últimos días, últimos trabajos

Os recuerdo, eso sí con todo cariño, que el día 12 será el último en que aceptaré trabajos de Referentes Clásicos. Ese mismo día se acabará el plazo para publicar vuestras creaciones en el cuaderno de bitácora (me gusta más que blog, es más largo pero yo no tengo prisa). Haber publicado un artículo o comentar los de los compañeros subirá la nota de la evaluación (y no haberlo hecho la bajará). A partir de ese día cambiaremos de tema y daremos la bienvenida a otro elemento, todavía más peligroso que Prometeo, que también nos trajo a los mortales un agradable regalo.

Como ya se aproximan inexorables la fiestas del nacimiento de Mitra, os ilustro este artículo con una hermosa imagen de la roca nevada del Cáucaso en la que el amigo de los hombres padeció su injusto tormento. ¿Que cómo sé que fue esa y no otra? Porque vengo de muy lejos y estuve allí.Quien averigüe el nombre de esta montaña tendrá un positivo.

Salud a todos y suerte en los exámenes que os quedan. Espero que os salgan mejor que el de Griego...

Hölderlin- An die Parzen- A las Parcas

Hölderlin- An die Parzen- A las Parcas

Aquí os dejo el poema que recitaré en la segunda evaluación con su traducción.

 An die Parzen

Nur Einen Sommer gönt, ihr Gewaltigen!

Und einen Herbst zu reifem Gesange mir,

Daβ williger mein Herz, vom süβen

Spiele gesättiget, dann mir sterbe.

 

Die Seele, der im Leben ihr göttlich Recht

Nicht ward, sie ruht auch drunten im Orkus nicht;

Doch ist mir einst das Heilige, das am

Herzen mir liegt, das Gedicht, gelungen,

 

Willkomen dann, o Stille der Schattenwelt!

Zufrieden bin ich, wenn auch mein Saitenspiel

Mich nicht hinab geleitet; Einmal

Lebt ich, wie Götter, und mehr badrfs nicht.

 

A las parcas

Sólo un verano os pido, ¡oh Poderosas!

Y un otoño para madurar mi canto,

y así mi corazón dispuesto, del dulce

juego saciado, gustoso morirá.

 

El alma que en la vida de su divino derecho

no gozó, tampoco hallará reposo en el Orco;

pero una vez surgió de mi lo sagrado

que vive en mi corazón, la poesía,

 

Bienvenido pues, ¡oh silencio del mundo de las sombras!

Feliz estoy aunque mi lira

no me acompañe abajo; un día

viví como los dioses, y no necesito nada más.

 

 

ΧΑΙΡΕΤΕ, Ω ΜΑΘΗΤΑΙ

ΧΑΙΡΕΤΕ, Ω ΜΑΘΗΤΑΙ

Cuaderno de bitácora: aquel en el que se anotan por horas las millas que se andan, el rumbo que se hace, el aparejo que se lleva, el abatimiento que se tiene, el estado de la atmósfera, y todas las maniobras que se ejecutan y hasta las más mínimas ocurrencias de la navegación, durante la cual permanece depositado en la bitácora al cargo del oficial y el piloto de guardia.

Timoteo O'Scanlan,  Diccionario marítimo español, Madrid 1831

Como os había prometido, por fin tenéis a vuestra disposición la Bitácora que he creado para la asignatura de Referentes Clásicos. Ya podéis ir dejando los poemas, cuentos, reflexiones filosóficas etc. que os haya inspirado la figura del titán Prometeo sobre el que hemos estado trabajando durante estas semanas. Añadid a los artículos alguna imagen de las que comentáis en los trabajos que tenéis que entregarme.

Otra cosa: como de vez en cuando utilizaremos alguna palabra en griego, os incluyo un texto para comprobar que no veis cuadrados en vez de letras griegas. Los que no lo veáis bien mandadme un correo para que os envíe las fuentes que tenéis que instalaros. Si queréis escribir también vosotros en griego, podéis bajaros un programa muy sencillo desde esta página.

Χθονὸς μὲν ἐς τηλουρὸν ἥκομεν πέδον,
Σκύθην ἐς οἷμον, ἄβατον εἰς ἐρημίαν.
Ἥφαιστε, σοὶ δὲ χρὴ μέλειν ἐπιστολὰς
ἅς σοι πατὴρ ἐφεῖτο, τόνδε πρὸς πέτραις
ὑψηλοκρήμνοις τὸν λεωργὸν ὀχμάσαι
ἀδαμαντίνων δεσμῶν ἐν ἀρρήκτοις πέδαις.
τὸ σὸν γὰρ ἄνθος, παντέχνου πυρὸς σέλας,
θνητοῖσι κλέψας ὤπασεν. τοιᾶσδέ τοι
ἁμαρτίας σφε δεῖ θεοῖς δοῦναι δίκην,
ὡς ἂν διδαχθῇ τὴν Διὸς τυραννίδα
στέργειν, φιλανθρώπου δὲ παύεσθαι τρόπου.